Con un clavo el capitán Ahab sujeta un doblón español de oro al palo del mástil. Y comunica a la tripulación que el primero que divise a Moby Dick se llevará el doblón.
Es el momento en que les dice a sus hombres que la misión del Pequod (el barco ballenero) ya no es cazar ballenas para comer, sino perseguir por todos los océanos sin descanso a la gran ballena blanca; Moby Dick.
– Cazamos para vivir, no vivimos para cazar. Es absurdo sentir odio por un animal que ni siquiera tiene conciencia ni inteligencia y que no sabe lo que hace.
Le contesta el primer oficial Starbucks, el único lucido entre la tripulación, y que es consciente de la locura del capitán, y del destino desastroso que les espera.
Cegado por el odio y el deseo de venganza el capitán alza su arpón y grita;
– ¡¡Muerte a Moby Dick!!
La tripulación desconcertada por su nueva misión, repiten flojo;
– muerte a Moby Dick
Y el capitán grita;
– ¡¡Muerte a Moby Dick!!
Y la tripulación se va animando;
– ¡muerte a Moby Dick!
– ¡¡¡Muerte a Moby Dick!!!
– ¡¡¡¡¡MUERTE A MOBY DICK!!!!!
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡MUUUUERTEEEEEEEEE A MOOOOOBYYYYYYYYYY DIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIICK!!!!!!!!!!!!!!!!
¿Os habeis parado a escuchar atentamente a los capitanes de este gran barco que es la Humanidad?; «Hay que crecer, aumentar el consumo, más horas, más sacrificio, más compras, más más más… hay que competir, competir, competir…»
Apagad el sonido de la televisión y leed los labios de nuestros capitanes, si os fijais bien, si ponéis atención, leeréis en sus labios;
– hay que competir, hay e competir, hay mu e mompetir, ymuer ae mobytir, muer a mobyir, muerte a Moby Dick, muerte a Moby Dick, muerte a Moby Dick
ese libro lo lei en la escuela
pero no es el mismo