En el gimnasio me encontré con un antiguo amigo. Y me dijo;
– ¿Qué tal Julio? ¿Sigues intentando cambiar el mundo?
A lo que yo respondí;
– No, porque el mundo ya es perfecto, en todo caso la sociedad. Pero yo solo hago mi parte.
Yo, igual que el colibrí, solo hago «mi parte»:
El bosque estaba en llamas. Y mientras todos los animales huían y se echaban las culpas los unos a los otros, un pequeño colibrí recogió agua con el pico y se fue hacia las llamas para verter su agua en el fuego. Todos pensaron que estaba loco.
Y el león le preguntó;
– ¿Es que crees acaso que con un pico tan pequeño vas a pagar el incendio?
A lo que respondió el colibrí;
– Yo ya he hecho mi parte.