– Voy a quemar la tienda, te lo juro Julio, esta noche cojo gasolina y le prendo fuego, le rompo los cristales con un bate, menudo hijo de puta…
Johan está en conflicto con la empresa de reparto donde trabaja y con su encargado.
Yo ante su estado de nervios y furia, como educador social tengo tres alternativas;
– Tranquilizarle y convencerle de que no es para tanto
– Llevarle a mis clases de boxeo, que se desahogue y se olvide del conflicto
– Canalizar el conflicto hacia la organización obrera y la reivindicación de derechos sociales y laborales
Mi opción es la tercera; transformar el «quemar la tienda» (e ir preso) por «acudir a una organización obrera y enfrentar con inteligencia el conflicto».
En este aspecto la educación social, la psicología, la psiquiatría, la pedagogía… son un arma de doble filo; pueden servir para ARMAR o para DESARMAR al individuo.
«Tranquilo, no pasa nada, no puedes hacer nada, debes aceptar que la realidad es inamovible» o «tranquilo, pasa algo pero tiene solución, puedes hacer mucho, debes aceptar que la realidad es cambiante y tú puedes formar parte de ese cambio»
Yo personalmente tengo el teléfono de un abogado laboralista y activista muy majete que le doy a lxs chicxs, y este les informa de sus derechos, de lo que firmar y no firmar, de cómo organizarse, de cómo resolver conflictos de la forma más inteligente. Porque esto también es pedagogía, esto también es educación.