¿Qué son los derechos sociales?

derechos sociales

Como una madre o padre tienen que trabajar 14 horas al día por una miseria para pagar el alquiler de una casa sobrevalorada en el mercado, el niño se queda solo, sin referentes adultos, en la calle…

Y como el niño está en la calle se propone crear la figura del “educador de calle”, y a esto se le llama “derechos sociales”.

NO. No nos confundamos. No nos desviemos. No nos distraigamos;

Los derecho sociales son; que la madre o padre tengan una jornada laboral de 6 horas al día, un sueldo digno, derecho a una vivienda digna (artículo 47 de la Constitución), sin amenazas de desahucios, un nivel de vida digno (artículo 25 de la declaración universal de derechos humanos)…

Con un buen tejido familiar, social, vecinal, con derechos humanos, sociales, laborales que se respetan… los profesionales sobran.

Estamos entrando en un juego muy peligroso, donde los derechos y los intereses de una casta profesional están primando y viviendo gracias a la falta de derechos de otro estrato social.

Además de estar llegando al absurdo; donde la ausencia de los padres o madres se pretende sustituir por la presencia del profesional, la Institución o la ONG.

El Sistema crea el problema y luego te vende la solución.
Y al Sistema no le tenemos que pedir que solucione el problema, sino que deje de generarlo. Una especie de;
“No me ayudes, con que no me jodas es suficiente”.

Padres, madres… parar

envenenar

Veo a Laura, triste, delante de una hoja en blanco.

  • ¿Qué deberes tienes que hacer?– le pregunto

Laura se queda pensativa.

  • Una redacción sobre la inmigración, pero la profe… ¿qué quiere que la cuente? No sé que ponerla, ¿Qué la digo? ¿Qué la inmigración es una mierda? ¿Qué vienen a quitarnos el trabajo?

Enfrente suya está su amiga Maira, de Bolivia, de 14 años igual que ella. Levanta la cabeza y se crea un silencio incómodo.

Yo me siento al lado de Laura.

  • Si la cuento eso me va a suspender, pero yo es que de la inmigración solo se eso. Es lo que me dice mi madre y mi hermano. Pero me va a suspender…
  • Bueno… eso es lo que dice tu madre y tu hermano, pero… ¿Tú qué piensas?
  • Yo… no se… es que luego son mis amigas en clase. La Yoli me ayuda siempre y ella es… no se no se… en mi casa les odian pero luego son mis amigas… no se…

Laura empieza a llorar

  • Mi madre dice que ganan aquí mucho dinero y que luego se compran mansiones en sus países

Yo miro a Maira, y la pregunto;

  • ¿Vosotros os habéis comprado una mansión en Bolivia?
  • Pero si no nos llega ni para comer. No hemos vuelto allí desde que vinimos cuando yo tenía 5 años.

Laura continua;

  • Es todo el rato Julio todo el rato “que si los inmigrantes esto, que si los inmigrantes lo otro, que no tenemos trabajo por su culpa”, mi madre no encuentra trabajo y dice que es culpa de ellos, que si no tenemos dinero es por culpa de ellos… ¡¡todo lo que pasa en mi casa es culpa de ellos!!” Yo no puedo más – Laura rompe otra vez a llorar – pero luego son mis amigas en clase… y me ayudan… yo ya no puedo más, no puedo odiar si no me sale ¡¡no me sale joder!! Todo el día con la misma mierda; “todas las desgracias que nos suceden son por lo inmigrantes…” y así todo el día. Y si me ven con una amiga negra me dicen que me aleje ¡¡¡Pero si es Yoli, es mi amiga!!!
  • Laura Laura, tranquila…

A Laura le da una crisis tremenda, como una explosión. Tardo un tiempo hasta que la tranquilizo.

A veces, los padres y madres, con ese discurso de odio, no son conscientes de hasta qué punto destrozan a sus hijos, sus relaciones con otros niños,  y al ambiente escolar.

Ahora con los atentados de Barcelona, hemos vuelto a encontrarnos con estas situaciones.

Por favor padres y madres, parar.

 

Para ser educador ¿Qué estudiar?

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A los y las que queréis ser «educadores sociales» (para apoyar a la chavalada), un consejo;
Estudiar Derecho. No «educación social».
La educación social no existe (es una estafa).

Todos estos años con la chavalada he sido consciente que en la calle, en el día a día, en las comisarias, centro de menores, cárceles… me hacía más falta el conocimiento jurídico que las tonterías que me enseñaron en «educación social».

La carrera de «educación social» se creó en los años 90 porque la policía no podía traspasar el domicilio privado.
El control social lo han disfrazado de «educación social», es una trampa, una ratonera…

Ejemplos prácticos; mi compañera y amiga Laura Delgado puede entrar en la cárcel en FIES (máxima seguridad) porque es abogada, y yo como educador no puedo.
Juana Rivas, igual que muchas madres que luchan por sus hijos necesitan abogados no educadores.
La función de «educador» la puede hacer cualquier persona con humanidad y sentido común. Y la carrera lo único que hace es lo contrario; deshumanizar y quitarte el sentido común.
Estudiar derecho. Es más práctico.

«El enemigo espejo»

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La psicología es muy paradójica.

Aquellos o aquellas que dicen o cuelgan en las redes sociales barbaridades y burradas sobre los musulmanes, inmigrantes, colectivos… son los que paradójicamente están más predispuesto psicológicamente a cometer atentados.

Si te indigna el terrorismo y quieres combatirlo, empieza a trabajar primero contigo mism@, trabaja con el pequeño terrorista que todos llevamos dentro, no le alimentes diciendo burradas.

Si lo haces, acabarás teniendo enfrente tuya a lo que en psicología se llama “el enemigo espejo”; un enemigo muy parecido a ti.

Inseparable

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Miguel a sus 11 años llega al cole muy serio. A mitad de la clase el niño comienza a llorar delante de sus compañeros, todos asombrados no saben cómo actuar, la profesora se acerca, pero Miguel no para de llorar, le intenta calmar, pero no hay forma, Miguel comienza a tener una crisis tremenda. Se lo llevan al despacho de los profes. Miguel empeora, el llanto se convierte en una especie crisis de ansiedad; tiembla, le cuesta respirar… Interviene la psicóloga.

En todo el proceso no hay manera de que el niño cuente una sola palabra de lo que le pasa.

Aun así consiguen calmar al niño. Llaman a la madre, que se presenta en el cole para recogerle.

La madre llega con la cara marcada. Y los profes comienzan a entender que ha habido violencia de género en casa.

Es curioso, porque ningún niño que haya sido agredido físicamente por su padre le había dado una crisis tan enorme en el cole. La crisis de Miguel ha superado a todas.

Porque la violencia de género hacia la madre es muchísima más dura que si la agresión fuese directa hacia el niño.

Quien maltrata a la madre, maltrata al hijo o hija. Va unido. Es inseparable.

Ánimo Juana.

El orgullo del hijo

maltrato

Muchas veces, me he encontrado con chavales y chavalas que ante la violencia de género vivida en sus casas siempre reclamaban a su madre “ser más contundente”, “haber puesto freno a la situación”, “haber dicho basta”…

Después de que el maltratador haya creado en ellas el “complejo de malas madres”, muchas de ellas me han llegado a decir que volvían con sus parejas (a pesar de los malos tratos) porque el niño o la niña necesitaban a su padre, y que si no volvía en el futuro sus hijos le echarían en cara haberles privado del padre, yo les decía;

– Lo que te echarán en cara es todo lo contrario; “¿por qué no fuiste más contundente mamá?”

Juana Rivas ha sido de una contundencia tremenda, no solo se ha enfrentado al maltratador-marido, sino mucho más… al MALTRATADOR-ESTADO.

El juez ya ha emitido una orden de detención (ojo, a ella, no al ex-marido).

No sé si me equivoco al pensar que sus hijos, cuando sean mayores estarán muy orgullosos de su madre;

– Mi madre se enfrentó a todo el mundo por nosotros

Ánimo Juana, y ánimo a todas las madres coraje.

 

Ley y Pedagogía

ley y pedagogía

La pedagogía es sinónimo de flexibilidad, la Ley es sinónimo de rigidez, por eso decimos que “la ley es igual para todos”, cosa que nunca diríamos de la pedagogía, sería una barbaridad decir; “la pedagogía es igual para todos”, porque en realidad es todo lo contrario; “diferente para cada uno”.

Cuando en un centro de menores, piso tutelado, de niños, de mujeres maltratadas, de personas drogodependientes… se impone unas normas muy estrictas y rígidas, lo que se llama el “reglamento de régimen interno”, no se está aplicando la pedagogía, sino la “ley”, la norma.

Se suele decir a niños, niñas, adolescentes y a los nuevos trabajadores; “estas son las normas, si se cumplen premio, si se violan castigo”.

Aquí, el educador social, se ve reducido a un ejecutor de la norma. Solo tiene que aplicar lo que ya está escrito, no tiene que pensar, ni decidir, ni educar, ni mediar, ni resolver conflictos… simplemente tiene que “ejecutar” la norma.

Podremos discutir si esto es necesario o no lo es. Pero una cosa es segura; esto no es Educación Social.