Déficit de interés

deficit de atención

El niño llega a boxeo, es nuevo, está tímido. Hablo con él, le explico… y veo que me quiere decir algo, como si quisiese confesar algo;
– Mira yo… es que… tengo… eso de… “déficit de atención” y me dan pastillas y eso

Me le quedo mirando, le agarro del hombro con medio abrazo, le giro y le digo;
– Mira, ¿ves ese que está pegando al saco? Ese también tiene déficit de atención. Ves ese que está peleando, también tiene déficit de atención. ¿Ves ese mayor? ¿El que esta fuerte fuerte? Ese es mayor y de pequeño ¡también! Tenía déficit de atención
Aquí todos tienen déficit de atención, y mira como atienden en clase de boxeo, uno tiene déficit de atención hacia lo que no le gusta. Hacia lo que te gusta no tienes déficit de atención. Tú si te gusta el boxeo vente y no te preocupes de más.

La atención es dirigida hacia algo. Por lo que un niño nunca tiene “déficit de atención” sin más, tiene “déficit de atención” respecto a algo.
Lo que se tendría que preguntar la comunidad educativa (y adulta) es por qué hacia ellos hay un “déficit de atención”, o mejor dicho; un «déficit de interés».

¿Psicología o Derechos Humanos?

ramon barrios

Un día nos reunimos con la junta del distrito (Ahora Madrid) en un despacho tremendo y lujoso, para tratar el tema de los niños de la calle que duermen en el parque de mi barrio.
Los vocales o concejales empezaron a hablar de las distintas pedagogías, psicologías, teorías de educación que había que aplicar con estos niños…

Yo corte la conversación de raíz;
– Yo no he venido aquí para hablar de las distintas teorías pedagógicas, yo he venido aquí a hablar de DELITOS, de DERECHOS HUMANOS; aislamiento ilegal, palizas, tortura, dejación de funciones, omisión de socorro, abandono…

Quien viola los derechos humanos no quiere que se hable de delitos, de crímenes, de tortura… quiere que se hable de psicología y de pedagogía… nos hacen desviarnos continuamente de tema.
Por eso en las jornadas de la Universidad Autónoma de “Psicología Alternativa” no hablaré de psicología alternativa, sino de Derechos Humanos, y de cómo quién viola estos derechos usa la psicología, la psiquiatría, la pedagogía, la educación social, el trabajo social… para justificar un delito.

No quiero decir que el nombre de las jornadas “Psicología Alternativa” esté mal puesto, sino que en nuestro tema a tratar el miércoles 29; Violencia Institucional, cárceles de niños y adultos, centros terapéuticos de menores, medicación, aislamiento… se han sobrepasado tales límites legales y morales que hace que ya no estemos halando de psicología sino de algo más grave; de violación de los Derechos Humanos (justificados ese sí con teorías psicológicas). Es decir; “la psicología como cuartada, como tapadera, como justificación”.

Gracias a Miguel Sanchez Gomez y a la “Asociación de estudiantes Noam Chomsky” por organizar y hacer posibles estas jornadas tan necesarias para llevar a la Universidad la realidad de la calle, de las cárceles, de los centros…
Gracias.

Os esperamos; miércoles 29 a las 14:00 Universidad Autónoma de Madrid, Facultad de Psicología – Aula V1

La alternativa

la alternativa

(Foto real: centro de menores «Tierras de Oria» Almería).

El otro día, un chaval joven de los movimientos sociales, que había estado en la charla de la Universidad (donde se lió) me decía;

  • Julio, tenemos que preparar actividades en el barrio para demostrarles (al Sistema de Protección) que tenemos alternativas, porque nos acusan de eso, de no tenerlas, de no proponer nada.

A lo que le respondí;

  • No no, no te rayes, no entres en ese juego. Lo que hagamos tiene que ser en función de las necesidades de la chavalada, no para demostrar nada a esta gente.

Es curioso, porque el chaval ya sentía la necesidad de “dar alternativas”.

Porque cuando críticas al Sistema de Protección, ellos te responden; “Bueno sí, yo lo hago mal, ¿pero tú que propones?”

Tú imagínate que violan a tu hija o a tu hijo, le torturan, le secuestran… luego tú protestas y te responden;

  • Bueno… ¿Y tú que propones?

¿Polis o educadores?

polis o educadores

Hay una anécdota que siempre cuenta Enrique Martínez Reguera;

Él trabajaba de psicólogo, y el juez o la comisión… o vete tú a saber quién, le mandaba chavales.

Un día entró uno en el despacho de Enrique, y al rato de hablar con él le dijo;

  • Usted es policía.

Enrique se quedó perplejo;

  • ¿Por qué dices eso?
  • Porque cuando me llevan a comisaría me meten en un despacho, como aquí. El polí se sienta en el sillón grande, como usted. Yo me siento en la silla pequeña, como estoy ahora. El poli me pregunta, como usted. Y mientras hablo coge notas, como usted. Así que usted es poli.

Enrique se quedó maravillado del razonamiento del chaval. Y de inmediato, desde ese día en adelante cambió su forma de recibir a los chavales.

Ver la imagen de unos educadores sociales en Melilla con chalecos reflectantes, con el nombre en la espalda de “educador de calle” y uno de ellos con un blog de notas en la mano… me recuerda a esta anécdota que nos cuenta siempre Enrique.

Así que, como el chaval, no nos queda otra que preguntar a estos “profesionales”;

¿Ustedes qué son? ¿Polis o educadores?