La Vane

la vane 3

El primer día en casa, la Vane, fugada de un centro de menores, antes de ducharse (llevaba varios días en la calle sin hacerlo) en su cuarto empieza a desnudarse. Mi novia le dice;
– Pero Vane cierra la puerta jaja que se te va a ver todo.
– Ahhh perdona… es que en el centro… en el centro no podemos cerrar las puertas, tenemos que hacerlo todo con la puerta abierta para que nos vea el educador lo que hacemos.
– Ya pero aquí no te preocupes. Anda cierra la puerta, es tu cuarto.

Antes de ayer en la Universidad, hablando sobre cárceles de niños y adultos, intenté hablar poco, para que los que han sufrido la cárcel tuviesen más tiempo de hablar. Y así se me pasó contar esta anécdota, para mostrar, como decía Marco (encerrado dos años en un centro de reforma de menores) hasta qué punto se convierten los chavales en autómatas.
Marco. Nos explicaba antes de ayer que en un centro de menores (reforma o terapéuticos sobre todo) está todo regulado, sobre todo en las primeras fases de vigilancia. El individuo (en este caso el/la adolescente) es completamente anulado, despojado de toda iniciativa, de toda voluntad, de toda intimidad…

Una chica que se ha acostumbrado a desnudarse y vestirse delante de alguien que le observa, a no tener objetos personales, a ser intervenido su correo, su diario, a ser observada y escuchada en sus vis a vis, a ser encerrada en una celda de aislamiento con un espejo desde donde te observan al otro lado… el objetivo no es la rehabilitación (como decía antes de ayer Javi Avila Navas), sino su destrucción. Su anulación. Volverla loca.

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