Los humanos y los cerdos

cerdos-mesa

Los cerdos no reformaron la pocilga donde vivían, simplemente la abandonaron para mudarse a la casa del señor y la señora Jones (el chalet de Galapagar), tenían que vivir como lo que eran; dirigentes, la casa tenía que estar a la altura de su “dignidad”. No podían estar en el corral con las gallinas, ni en el establo con el burro y el caballo, ni en el redil con las ovejas.

Como allí había cubiertos, comenzaron a comer con estos utensilios. Después descubrieron el armario del señor y la señora Jones, donde descubrieron la ropa de los humanos, se la probaron y se vistieron con ella.

Más tarde comenzaron a intentar andar con dos patas. Poco a poco fueron consiguiendo mantener el equilibrio, hasta que acabaron irguiéndose, como los humanos.

Un día, el burro, miró por la ventana de la casa del señor y la señora Jones. Y allí estaban los cerdos, sobre dos patas, con traje y corbata, en una mesa con cuchillos y tenedores, brindando con champán. Y lo más sorprendente; negociando con los humanos la explotación de la granja.

El burro miro a los cerdos, luego a los humanos. Volvió a mirar a los cerdos, luego a los humanos. Volvió a mirar a unos, y luego a otros, a unos y a otros… hasta que llegó un momento en que ya no diferenciaba a los cerdos de los humanos.

(Rebelión en la Granja – George Orvell)

Te vienes detenido

dejacion funciones

Estoy sentado con los chavales en la entrada del parque. Un coche patrulla de la policía nacional aparca apresuradamente, se bajan dos agentes y dirigiéndose a los chicos les dicen;

  • ¡¡Quiero la documentación de todos!! El que no esté documentado se viene detenido.

Uno de los chicos responde;

  • Yo…
  • ¡¡Tú te callas!! Saca la documentación y te callas

Uno saca el abono trasporte;

  • Yo tengo el bono.
  • Eso se lo enseñas al del autobús. Me tenéis que enseñas el DNI, la tarjeta de residencia o el pasaporte, a partir de 14 años estáis obligados a llevarlo.

Todos los chicos que están sentados son MENA (Menor Extranjero No Acompañado), la tutela la tiene la Comunidad de Madrid, la guarda un centro de menores. Ninguno de los dos les ha tramitado ni la residencia ni la nacionalidad, ni si quiera les dan otro tipo de documento donde se les identifique.

¿Cómo les van a dar la documentación si el tutor legal no les documenta?

El centro de menores que tiene la guarda está a nuestra espalda. A ninguno de los policías se le ocurre ir allí y decir al tutor legal;

  • ¡¡Quiero la documentación de todos estos menores!!
  • Yo…
  • ¡¡Tú te callas!! Como no tengas la documentación de estos chicos te vienes detenido.

 

Producto televisivo

producto televisivo

Una periodista de una cadena de televisión, quería bajar al parque de Hortaleza (Clara Eugenia) a sacar la noticia de los niños durmiendo en la calle, con el disolvente, la sarna, los piojos, las condiciones en las que estaban, el conflicto con el centro de Hortaleza… pero sus jefes la decían que no podía perder tiempo buscando eso, a no ser que supiese la hora y día exacto que iban a estar estos chicos para grabarles.

Yo le decía a la periodista  que eso era casi imposible porque los chavales son muy impredecibles y no tienen rutinas u horarios repetitivos. No se puede quedar con ellos como el que pide cita en el dentista.

La periodista se frustraba porque no la dejaban llevar la furgoneta con los medios y hacer su trabajo de búsqueda e investigación sobre los niños de la calle en España.

Es decir, para hablar del estado lamentable de la situación de estos chicos la cadena ponía pegas.

Pero ahora, la misma cadena, para hablar de robos, atracos, violencia, destrucción… atribuidos a los niños de Hortaleza bajan al barrio todos los medios, televisión, radio… a grabar, entrevistar… sin condiciones. Vía libre de medios, furgonetas, cámaras… Ya no ponen pegas.

Ahora tenemos a todas las cadenas de televisión dando vueltas por el barrio. Deben de haber encontrado un buen producto televisivo.

El mito de la «re-inserción»

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Michael se mira al espejo. Con un poco de maquillaje tapa sus tatuajes de la cara. Hay que borrar las huellas del pasado. Se pone su camiseta de mangas largas, cubre así sus tatuajes de los brazos. Hay que borrar las huellas del pasado.

Pero el pasado te persigue, una y otra vez, se presenta por las noches en forma de pesadillas, no te deja dormir. El pasado te deniega los papeles, la residencia, el permiso de trabajo…

El jefe, en su trabajo, le dice a Michael;

  • Mira, queremos que trabajes también los martes.

A Michael su novia le ha dicho que sea sincero, la psicóloga le ha dicho que sea sincero, el educador social le ha dicho que sea sincero, la sociedad, el mundo, las leyes, las Instituciones… le piden que sea sincero. Y él mismo, que ya ha cambiado, que ha dejado atrás el mundo de las pandillas, de la violencia… se dice; “ahora tengo que ser bueno, ahora tengo que decir la verdad, no mentir, ser sincero… eso es la reinserción”. Y con un esfuerzo tremendo, de dejar atrás la mentira como “camino fácil” y comenzar con la verdad, se sincera con su jefe;

  • Mire yo… estoy preso en tercer grado, los martes tengo que estar en la cárcel.

Silencio.

Rápido se da cuenta que ha perdido el trabajo. No le volverán a llamar. La gente no quiere presos en sus empresas, aunque sea pagándoles en dinero negro, aunque sea explotándoles…

El pasado te persigue, una y otra vez, se aparece en pesadillas por la noche, se aparece en el trabajo “ya te llamaremos”, se aparece en los papeles “denegada la residencia”, “proceso de expulsión”, se aparece en la señora que se agarra el bolso cuando te sientas a su lado…

“La reinserción depende de ti”, te dice el psicólogo, el educador, el trabajador social…

Y esa es una de las muchas mentiras (peor aún, una de las muchas verdades a medias) que te dicen; “la reinserción de pende de ti”.

Sí, de ti. Y de la sociedad, y de las leyes, y de las Instituciones, y de la cultura…

La “reinserción” no existe, es mentira, es un mito. Primero porque ya estás inserto en esta sociedad, perteneces a ella, eres hijo de ella, eres la consecuencia de ella, no vienes de Marte ni de Júpiter ni de Saturno. Y segundo porque la palabra “reinserción” solo implica a una de las partes, y como mínimo hay dos partes. No hay excluido sin alguien que excluya, no hay marginado sin alguien que margine.

Sin mascaras

sin mascaras

Ayer dando una charla en la “Escuela sobre Marginación” de Entrevías, uno de nuestros monitores de boxeo; Jancarlos, hizo una tremenda reflexión sobre una experiencia:

Cristofer era un chaval de 15 años, venía a boxeo, era del barrio, pero vivía en un centro de menores, toda su vida había vivido en estos centros, había pasado por muchos, y había tenido una cantidad enorme de educadores, vigilantes, psicólogos… su única familia había sido la Institución y l@s profesionales. Estaba completamente institucionalizado.

Jan, el monitor, que solo le sacaba 5 años de edad, le trataba con normalidad, con mucha naturalidad, como a uno más.

El chico, acostumbrado a un trato institucional, metido en su rol de relaciones controlador-controlado, gato-ratón, poli-caco, vigilante-vigilado, psicólogo-loco, educador-usuario… quedaba completamente desconcertado con el trato que recibía de Jan. Sus únicas relaciones habían sido de profesional-beneficiario, nunca de persona-persona.

Jan se abría a él con total naturalidad, le trataba como a uno más, sin juzgarle, sin chantajearle, sin presionarle, sin pedirle nada a cambio…

Un día Cristofer, andando por el barrio con Jan, alcanza su máxima perplejidad y desconcierto cuando este le dice;

  • Tengo que subir a casa a coger una cosa, vente.

Los dos suben al tercer piso. Jan abre la puerta y pasa a su casa. Pero Cristofer se queda en la entrada completamente desconcertado, hasta que le dice;

  • Pero… ¿No tienes miedo de que te robe?

Jan le explica que ni lo había pensado, y que no tiene ningún miedo.

Jan lo que estaba haciendo en realidad era romper los roles de una relación institucional para abrirlos a una relación humana, no de institución a institucionalizado, no de educador a usuario, no de profe a alumno… sino de persona a persona, de Jan a Cristofer.

Y Cristofer se descubre a sí mismo como persona cuando tiene a otra delante, sin mascaras, sin filtros, sin caretas, sin disfraces…

Y con este ejemplo exponía que el proyecto de “Hortaleza Boxing Crew” es simplemente un proyecto donde las personas del barrio se juntan y se relacionan, y punto. Y que no podemos pedir a los chavales que se abran si nosotros no nos abrimos, que no les podemos pedir que confíen si nosotros no confiamos, que no podemos pedir que sean ellos mismos si nosotros no somos nosotros mismos, que no les podemos pedir que sean personas si nosotros no somos personas.