
Dos casos (reales), y muchos más a lo largo de estos años muy parecidos:
– Niños que no quieren ir con el padre, que dicen «papá hace cosas malas» (abusos sexuales). La Institución les diagnostican SAP (Síndrome de Alineación Parental; es la madre, por influencia y manipulación, la que les pone en contra al padre) se los quitan a la madre, los mete a un centro y comienza a darle visitas al padre.
– Los niños dicen que «mamá les maltrata», retirada inmediata de tutela a la madre por medidas preventivas, y entregada al padre. No se plantean que el marido, ejerciendo violencia de género, usa a los niños para someter y maltratar a la madre, poniéndolos en su contra.
Dependiendo de lo que quiera aplico; – «Los niños nunca mienten».- «Los niños son manipulables».
Por eso la psicología siempre es buena arma para la violencia institucional, porque al no ser matemáticas, puedo aplicar unas u otras teorías dependiendo de lo que quiero conseguir.
La violencia institucional no sólo es cuando el Estado tortura, es también proteger de forma oficial a las demás violencias (en este caso, a la sexual y a la de género).